Es verdad,la botella no está ni medio vacía ni medio llena. Sólo son impresiones, como ese escalofrío, como el calor o como el miedo. En realidad, cada uno puede decidir cómo vivir y con quién, y con qué sensaciones. Realmente, ese dolor tan enorme puede volverse una sonrisa, y ese sabor a despedida puede transmutarse en ganas de volver. Todo es muy relativo.
Si se da algo, debe tener como consecuencia otra cosa, pero, ¿y si no? ¿Y si no ocurre la premisa, o no tiene la consecuencia esperada? ¿Podemos controlarlo todo? Y si no, ¿por qué nos empeñamos en seguir intentando algo que sabemos de sobra que no funciona? Será que viene implícito en nuestra naturaleza de hombre que sabe que sabe. Será que cuando te sientes solo es precisamente cuando más vivo estás, porque no te dedicas a entregar ni una ínfima parte de tu vida a nadie. ¿Será la tolerancia una muestra de conformismo o de inteligencia? ¿Quién está peor? ¿Es mayor locura crear tu propio mundo o conformarte con el actual? ¿Responsable, loco o inconsecuente? ¿Filósofo o poeta? ¿Vienes o te quedas?
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