lunes, 2 de septiembre de 2013

The unstoppable force

Amor. Amor es una palabra indescriptible, un hecho inigualable, desencadena un sentimiento ambivalente: destruye y construye personas. Amar es un sentimiento demasiado fuerte como para ser víctima de un manojo de palabras enredadas y mal escritas. Amar es una fuerza imparable.
Es estar detrás de cada “te quiero” y sentir como el corazón se me saldría por la boca si fuera posible al recibir un “te amo”. Amor es pensar que nadie en el mundo es tan suficientemente perfecta como para ser amada, que sólo ella debe ser abrazada por el amor, es sentirte afortunada por abrir un día más los ojos y por luchar con uñas y dientes contra los segundos que impiden que se quede un ratito más conmigo. Amor es soportar carros y carretas, es sonreír después de un beso, es llamarla “fea” aunque sepas que es lo más bonito que has visto jamás. Amor es ese beso inolvidable, esa fecha, ese lugar, ese abrazo, esa manera de mirar, de reír, esa carrera a contrarreloj, esa noche llorando tu ausencia, ese grito que te pide que te quedes una noche más, sólo una, pero conmigo. Amor es lo que movió a la triste Penélope a esperar a Ulises, a la pobre Ariadna, a Julieta, a Romeo, a aquél hombre que interceptó la bala que se dirigía a su amada. Amar es el verbo más sencillo de conjugar, y el más difícil de mantener. Es esperar detrás de cada esquina, es perderme en tu mirada y en tus labios, es esperar con ansia la fuerza de tus besos. Es ir y volver, llorar y reír, es la vida y la muerte, el ying y el yang, la novedad y la experiencia, la grosería y la inocencia, la lujuria y la pasión, amor eres tú, y cuando estás conmigo también yo.

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