viernes, 17 de octubre de 2014

Tempus

Cuando deseé durante días que cayera la noche
para poder verte con más luz,
con la tuya propia,
con esa que me incendia.

Cuando me reí de mis monstruos
y del miedo a lo que pudiera pasar. Cuando tus brazos fueron torres
a mi alrededor. Cuando construiste una fortaleza para protegerme
con la condición de dejar dentro a la bestia capaz de destruirme: tu boca.
Cuando preferí no dormir por un rato más a tu lado.
Cuando me dejé guiar por tus manos. Cuando tu cintura fue mi horizonte por primera vez.
Cuando me encadenaste a tus caderas, cuando te pedí que no me soltaras.
Cuando tus labios fueron mis alas supe que cambiaría mi vida a prosa por ti.





No hay comentarios:

Publicar un comentario