lunes, 18 de abril de 2016

Saeta

Desde un acorde de "re"
un hombre dispara
jurándome que no puede más.

Por un momento,
pienso en la posibilidad de que alguien esté leyendo mis ideas
en cualquier coma
de la peor novela
del escritor más reputado,
del más miserable.
Ese
que tiene el mismo derecho a respirar que mi padre.

Tu bala de realidad me ha atravesado las costillas
y me ha dejado rota
y sin terminar de despedirme
como nunca.

Te prometo mientras cruzo los dedos:
esta vez sí que iba a ser la hostia.

Mastico mis mentiras,
les quito la cáscara
y las escupo en una alcantarilla
para que la siguiente que vuelva a casa descalza
no se queme con mis brasas.

Me vas a escuchar gritar que vuelvas,
que vuelvas,
que vuelvas,
que te vuelvas
que me beses la frente y me digas que no,
que nada va a ir bien,
que esta noche vamos a gritarnos
como siempre
y a follar
como si mañana se acabara el mundo.

Te juro que yo tampoco puedo más.
Deseo que te rompas el tímpano
cuando veas que me voy.

No querría que le ocurrieras ni a mi peor enemigo;
no te atrevas a seguirme.


No hay comentarios:

Publicar un comentario