jueves, 6 de junio de 2013

Lost

Hoy es uno de esos días en los que me siento perdida. Siempre tuve un sexto sentido para no perderme, pero es que las nubes me desorientan. Igual, de la misma manera me afecta esa ventolera de palabras malsonantes que salen de tu boca con la mera y única intención de desmoralizarme, de desestabilizarme o lo que quiera que sea que pretendas hacer.
Este viento que tan atrás dejó el otoño y tan cerca nos lo trae, lleva un frío enfado, una rabia contenida que algún día estallará, procedente (como todos sabemos) de todos los árboles que se vieron obligados a dejar ir sus queridas hojas, sus hijas, a las que todos pisamos al andar, árboles a los que nos abrazamos para sentirnos más vivos. El camino no siempre fue recto y nosotros no siempre nos equivocamos al caminar, pero ¿qué pasó cuando nos dimos cuenta de que tomábamos el erróneo camino sólo por tardar más en llegar a la meta, al destino inminente? ¿Has llegado alguna vez a plantearte la necesidad de escapar de la realidad y perderte? ¿Qué ocurrirá cuando no queden más atajos ni caminos cortos en los que perdernos?
Hoy me siento más perdida, creo, no por todo ni por nada, sino por todo lo contrario.

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