domingo, 23 de junio de 2013

¿Qué va a ser de mí?

¿Qué me ha movido siempre a escribir y por qué no lo hace ahora? ¿Es que acaso la inspiración desaparece como el rumor de las olas, como el verano, como tu olor?
¿Acaso se ha vuelto de pago o parte de la clase alta? ¿Es la inspiración popular desde que tanto experimentados dramaturgos como principiantes poetas abusan de ella? ¿Se habrá cansado de dar tanto sin recibir nada a cambio? ¿Estará harta de ser el techo de versos desamparados que esperan cruzar el orbe y llegar al buen puerto de tus labios y los ha abandonado? ¿Por qué ha hecho lo mismo conmigo?
Debe ser el sueño: la falta de sueños.

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