jueves, 1 de agosto de 2013

Con la lucidez que me da la cerveza

Hace un tiempo, un poco ya bastante, te hice una pregunta. Hoy, después de la comparecencia (que como era de esperar no ha hecho mucho por mejorar la situación actual) del presidente del gobierno de un país en decadencia como en el que vivo hoy en día, no quiero que la situación de formular preguntas que no serán respondidas se repita. Hace un tiempo te pregunté si estabas preparado/a para una serie de cambios que ya de por si trae consigo el verano, es algo implícito.
No he obtenido respuesta por tu parte pero, aún así, te di la mía: yo no estaba preparada. A día de hoy, me veo obligada a comunicarte que he tenido que prepararme por la fuerza, y debo decirte así mismo que desapareceré por unos días ya que voy a visitar lo que un día fue la cuna de la humanidad. No voy a mentirte, no voy a decirte que no te voy a echar de menos. Pero sí voy a invitarte a la reflexión, a conectar con tu interior y a viajar conmigo, a compartir experiencias. Me encantaría poder hacerte llegar como intento hacer con cada post una décima parte de mis sensaciones personales, pero ya que sé que no será posible porque no dispondré de conexión a internet, me gustaría que intentaras conectar con mis escritos y a través de ellos conmigo, y hacerte partícipe de mi vida. No me gusta decir esto, pero sabes de sobra que esto no es un “adiós” ni un “hasta luego”, es un “vuelvo en cinco minutos porque me he dejado las llaves en el coche”, concretamente las llaves de la existencia y de la civilización moderna en Atenas.
Con mucho más que decir pero sometida a la dictadura de unas palabras que como ya sabes de sobra siempre se me quedan cortas para expresar lo que siento me despido, no sin antes agradecerte que quieras compartir tu tiempo conmigo. Nos veremos muy pronto, te lo prometo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario