miércoles, 30 de diciembre de 2015

Visiones

Anoche tuve un sueño.

Nos vi huir
dando zancadas sobre las agujas de un reloj
que marcaba las 11 de la noche.
Conduciendo una ambulancia
en la que yo misma estaba dejando de latir.
Nos observé morir
delante de una librería
que ha quebrado por falta de ventas.
Mientras,
un obrero destinaba su voto
a un partido que había advertido
que seguiría haciéndolo igual
de mal.

Nos rompieron un cascarón
que nunca más va a soldar.
Abrí los ojos
y no vi nada,
pero tampoco me dejé dormir.
Os miré mentir
ocultar,
esconder,
cubriros con la manta de un pueblo
que ya no tenía con qué taparse.

Miré hacia atrás
y contemplé un camino a trompicones
en el que mis piernas se habían calado más
que el motor de una revolución.

Y sentí traición
y desilusión.
Pero prometían lanzarse a las calles,
inundar con mareas multicolor su tranquilidad,
acabar con el desencanto,
hacer arder el sistema.

Hoy, al levantarme,
nada había cambiado.





No hay comentarios:

Publicar un comentario