jueves, 4 de abril de 2013

Orgullo

Hoy voy a hablarte de mi patria, voy a hablarte de Andalucía. Voy a hablarte de un pueblo soñador y luchador, voy a hablarte de mi tierra. De un territorio en el que convivimos casi ocho millones y medio de personas a la que la historia contempla cada día. De un sitio idílico, de ese lugar al que acudes cuando crees que no queda nada. Voy a hablarte de la alegría de su gente, de su arte y de su vida. Te diré que lo tenemos todo: ciudades importantes y pueblos, playa y montaña, desierto y océano. Te hablaré de cómo acogemos al visitante y explicamos nuestra especial y riquísima cultura, te voy a contar cómo compartimos lo que tenemos, y te aseguraré que no es mucho.
Te explicaré por qué muchas personas se ríen de nuestro acento y nos acusan de vagos y catetos, cuando somos los mejores castellano-parlantes de la península, nos partimos la espalda trabajando y somos la comunidad autónoma con mayor índice de aprobado en selectividad, y también la que tiene más paro. Te dejaré claro lo que despierta en los andaluces el verde y el blanco de nuestra bandera, el Hércules de nuestro escudo, te explicaré nuestra fuerza. Por si no lo sabes, mi tierra ha albergado a más de 1500 poetas, muchos de ellos conocidos por todo el mundo por su belleza al escribir, y desgraciadamente, algunos de ellos enterrados sabrá dios dónde por ciertas razones. En mi tierra, la cultura, la pasión, el arte, el orgullo, las ganas y la luz rebosa allá donde mires. Aquí, en este lugar desarrollo mi vida. Bajo este sol, Andalucía fue la maravillosa tierra (por mucho que otros se empeñen en desprestigiarla) que me vio nacer, y la que espero que, con suerte algún día, me vea morir. Escribo esto porque ser andaluz no se demuestra sólo el 28 de febrero: estoy orgullosa de mi tierra todos los días del año.

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