domingo, 21 de abril de 2013

Posibilidades

Pues no, este puede que no sea mi día, ni mi mes, ni mi año, ni mi década. Puede que no esté en mi mejor momento, pero tengo decidido que pensaré que estoy en el peor de ellos, de modo que sólo me queda tocar fondo con la palma de las manos y subir con un gran impulso, como cuando te tiras a una piscina. Puede que esté haciendo mal lo que sea. Puede que los lunes me amarguen demasiado, o quizá sea este septiembre que me está matando.
Puede que amanezca muy tarde mi sol, puede que mi almohada cada mañana me convenza más y más fácilmente para que me quede con ella un ratito más. Puede que donde hubo vuelo sólo quede el rastro de plumas. Puede que aún quede arena en mis pensamientos, de aquella mañana nublada en que me prometiste regalarme uno de tus días para hacer con él lo que quisiera. Puede que aún esté esperando a que tengas tiempo y me llames, o puede que esto sea como un mensaje en el contestador de tu conciencia, de esos molestos que ignoras y acabas borrando. Puede que sea sólo un tiesto que tiras por falta de espacio. Puede que mi coartada se desmonte cada día más. Puede que me vaya. Puede que vuelva. Puede que los fantasmas habiten mi casa cuando me vaya a aquel lugar donde tu amor siempre ha sido suficiente para mí. Puede que los espante cuando tenga que volver obligada por este ajetreo que nos traemos entre manos. Puede que un verano nieve en mi salón. Puede que una tarde de un crudo invierno florezca esa rosa que dejaste plantada en la maceta de mi terraza, como un grito por la vida. Puede que haya perdido el mapa, que haya olvidado dónde lo escondí. Puede que haya olvidado esos días en que me decían ''tranquila, todo va a ir bien''. Puede que me haya dado cuenta de cuántos veranos perdí. Puede que viviera en un espejismo hasta esta noche. Puede que un disparo de realidad en la sien me haya abierto los ojos. Puede que la locura sea un fracaso. Puede que la cordura también. Puede que la víbora que nos muerda esta vez no sea en el tobillo, sino en el cuello. Puede que persigamos la estela de un cometa. Puede que esa indirecta, sea la última. Puede que no reconozca nombres, pero sí sus ojos entre millones. Puede que sean demasiadas posibilidades y yo tenga alodoxafobia. Así que puestos a ello, aprovechemos cada momento, porque hay muchas, muchísimas posibilidades. Muchas opciones que elegir, y mucho en lo que equivocarnos. Siempre quedará la siguiente,¿no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario